España es el segundo país europeo y el cuarto del mundo en generación de energía eólica terrestre, pero se está quedando rezagada en el aprovechamiento del viento marino, un sector con grandes perspectivas de crecimiento y que las compañías Navantia y Acciona se proponen impulsar.
Para ello, la presidenta de Acciona Energía, Carmen Becerril y el Consejero Delegado de Navantia, Luis Cacho, han suscrito hoy un convenio en los astilleros gaditanos de San Fernando-Puerto Real por el que ambas firmas se han comprometido a colaborar en el desarrollo de tecnología y proyectos de energía eólica marina
Con ello Acciona, líder en el campo de energías renovables, y Navantia, dedicada hasta ahora a la construcción naval, especialmente militar, quieren tomar posiciones en un sector que en la próxima década espera pasar de producir mundialmente los actuales 3.616 MW, la mayoría de ellos en el Báltico y el Mar del Norte, a 75.000 MW, algo que se traducirá en la creación de 200.000 empleos sólo en Europa.
Carmen Becerril ha señalado que el escenario es "prometedor" y especialmente para España, que tiene en los astilleros de Navantia en Cádiz o Ferrol infraestructuras suficientes para desarrollar proyectos, una larga franja marítima y de vientos que son "energía autóctona" y un camino ya recorrido a nivel de investigación y tecnología.
La presidenta de Acciona Energía ha explicado que es "inequívoco" que España es ya "líder" en energías renovables como la solar o la eólica terrestre y que ahora tiene que "mirar al mar" para situarse en una "carrera importante", la de las instalaciones marinas, que tiene actualmente en cabeza a Reino Unido, Alemania, Holanda, Dinamarca y Francia.
La ralentización española se debe fundamentalmente, según han explicado los responsables de Acciona Energía y Navantia, al retraso en el desarrollo en España de la normativa para la instalación de plataformas "offshore", un escollo encajonado desde hace ocho años y que debe superar pronto para cumplir con el Plan de Energías Renovables que prevé que España produzca en el 2020 un total 750 MW.
Para cumplir con ese compromiso "tenemos que empezar a construir en dos o tres años", ha apuntado Becerril, que confía en que se hagan realidad proyectos como el que la compañía tiene desde el 2004 para construir la plataforma eólica marina de 1.000 MW "Mar de Trafalgar", una de las zonas más vírgenes de la costa de Cádiz, y otros proyectos en el País Vasco y Cataluña.
Además del impulso político y administrativo, Acciona y Navantia necesitan para llevar a cabo estos proyectos apoyo social, algo que no ha tenido proyectos como el de "Mar de Trafalgar" entre los vecinos de la zona, que creen la instalación de estas torres en el mar puede afectar a su paisaje.
El consejero delegado de Navantia ha recomendado ver el asunto con una "óptica racional y sensata" porque el sector implica desarrollo económico sostenible para la zona y las instalaciones se realizan con estudios de impacto ambiental y evitar "polémicas innecesarias".
Cacho ha explicado que Navantia, unos astilleros con más de doscientos años de tradición en la construcción naval, se implica en este proyecto mirando al futuro, que se presenta "necesitado" de que la compañía diversifique su actividad y se adentre en un mercado a punto de "eclosionar".
El desarrollo de la energía eólica marina se considera esencial para que la UE cumpla con sus compromisos en materia de cambio climático y energías renovables, dentro de los objetivos de reducir un 20 por ciento las emisiones de efecto invernadero e incrementar en el mismo porcentaje el ahorro energético y la producción de energías renovables de aquí a 2020, unos objetivos que España ha ratificado.
Por ello las compañías que han formado hoy este convenio para impulsar en España el desarrollo de la energía eólica marina, lleva ya tiempo trabajando en el desarrollo de un buque para la instalación de aerogeneradores "offshore", de tres aerogeneradores flotantes y de una torre de medición flotante.
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